EN LA FURIOSA PASIÓN DEL
DESEO DESCUBRIERON EL GLORIOSO ÉXTASIS DEL AMOR...
En Londres, 1844, comienza la historia de Katherine Saint John.
En Londres, 1844, comienza la historia de Katherine Saint John.
Ante la negativa del padre a que su hermana se case,
Katherine descubre que su hermana se fugará con su amado para desposarse; ella
no dudará en disfrazarse de sirvienta para salir a la calle y seguirla en un
intento de impedirlo.
El príncipe ruso Dimitri, cuando la ve, le dice a su
lacayo que la quiere para esa noche. El fiel lacayo no vacilará en hacer lo que
sea necesario para que los deseos del príncipe se cumplan. Al confundirla con
una simple sirvienta la rapta, porque ella se niega, e incluso la droga.
En
todo momento él cree que es una sirvienta, y la trata como tal, pues no cree
que es quien dice ser. El lacayo, para evitar problemas y que ella los
denuncie, la introduce en un baúl y la lleva al barco, donde partirán rumbo a
Rusia.
Es ahí donde empieza la aventura de Katherine, al verse en un país
extraño, tomada como sirvienta e incluso azotada por su insolencia y altanería.
¿Cómo se desenvolverán los acontecimientos para que él sucumba a su amor? ¿Cómo
ella podrá perdonar todos los ultrajes hacia su persona? De lectura fácil como
es habitual en Johanna Lindsey, nos muestra una historia de amor en que las
barreras de diferentes clases sociales y las leyes de un país tan diferente al
otro, pueden ser rotas.
Es gratificante ver cómo el amor podría prevalecer
incluso con esas diferencias de cultura y costumbres, en este caso, entre la
Rusia e Inglaterra del mil ochocientos. Nos da buena cuenta de cómo vivían en
ambos países las clases altas de la sociedad, cómo era viajar en barco, los
trajes de ambos países...
Destacable es cómo una mujer sin experiencia ni
conocimientos al sexo contrario se ve secuestrada dentro de un barco con un
apuesto príncipe y drogada con un fuerte afrodisíaco. Ella cree que lo que está
experimentando en su cuerpo, ese calor no sofocable, se debe sin duda a que
está enferma. Él no dudará en darle la medicina para esa enfermedad
Aunque había tenido
apenas una visión de ella desde la ventanilla de su carruaje, el joven principe
sabía que necesitaba hacerla suya. Pocos minutos después, Lady Katherine Saint
John era secuestrada en una calle de Londres como una mujerzuela y llevada a
una suntuosa mansión... para el placer de su admirador.
Pero lo que el principe Dimitri halló en su cama fue una tigresa cautiva... consumida por una ira feroz hacia el "barbaro" ruso que la había raptado... pero que, al mismo tiempo, deseaba con un ansia ajena a su comprensión
Pero lo que el principe Dimitri halló en su cama fue una tigresa cautiva... consumida por una ira feroz hacia el "barbaro" ruso que la había raptado... pero que, al mismo tiempo, deseaba con un ansia ajena a su comprensión
No hay comentarios:
Publicar un comentario